Urbanismo y desarrollo insostenible en España (1987-2006). La decadencia de la ciudad compacta.
Titulo esta entrada modificando algún elemento del que encabezó el libro de Valdespartera. En esta ocasión, he presentado en el Congreso de EUROGEO un análisis de los datos obtenidos por el proyecto Corine Land Cover y publicados en SIU, con la idea de actualizar los resultados del periodo 1987-2000 del libro «Cambios en la ocupación del suelo …redactado por el OSE.
Los datos del CLC no pueden ser más evidentes: entre 1987 y 2006, el crecimiento medio de los países europeos en suelos artificiales fue del 8’93%, mientras que en España fue del 51’87%. En otras palabras, España ha crecido urbanísticamente en torno a seis veces más rápido que la media europea. España ha pasado de 668.000 hectáreas de superficies artificiales a 1.014.000, es decir, en 20 años ha crecido la mitad de lo que lo había hecho en 20 siglos.
A modo comparativo con Europa: el crecimiento urbano/industrial/terciario/de infraestructuras, etc. ha supuesto una quinta parte del total del continente. Ha sido el país de más crecimiento superando ampliamente al segundo (Francia) e igualando al número de nuevas hectáreas artificiales de Italia y Alemania juntas.
Por categorías (nivel 3 CLC) el crecimiento del 51’87% refleja disparidades: tejido urbano continuo 15%, discontinuo 47%, zonas en construcción 328%,, suelo para infraestructuras 92%, zonas verdes urbanas e instalaciones deportivas y recreativas 158%. En términos absolutos, de este tercio de millón de hectáreas, la mayor parte se la lleva el tejido urbano discontinuo, con lo que se verifican los procesos de urbanización y metropolización de los que hablamos hace más de diez años (BAGF) y recientemente (DIBA): 107.891 hectáreas de estructura urbana laxa y de urbanizaciones exentas y/o ajardinadas. Si en 1987 el tejido urbano continuo (la ciudad compacta o la mal llamada ciudad mediterránea) era mayor que el discontinuo, actualmente ese icono urbano está en decadencia por la preferencia de morfologías periurbanas, o de baja densidad, o de ciudad difusa, o de ciudad dispersa (Antonio Font, 2007) (Nikos Salingaros, 2007)
Por regiones, Andalucía y Valencia juntas crecen lo mismo que Alemania. Valencia crece en suelos artificiales la misma extensión total que tiene Andorra. El análisis por áreas urbanas es todavía más sorprendente. Madrid es la región urbana que probablemente más crece en Europa en términos absolutos, 39.000 hectáreas (el 15% del total nacional), seguida de Barcelona, 12.000 y Zaragoza 6.700. Madrid crece en usos del suelo urbanos y artificiales un poco menos que Suecia (y eso que es 56 veces más grande), lo mismo que Hungría y más que Finlandia, Polonia o cualquier otro país menor europeo. Volviendo al «homo periurbanus», el tejido urbano discontinuo residencial en 2006 en el área urbana de Madrid es similar en superficie al conjunto de todos los tipos suelos artificiales de 1987: la ciudad periurbana en 2006 es tan extensa como toda la ciudad que había en 1987 (incluyendo vivienda, zonas industriales, comerciales, aeropuertos, autovías, zonas verdes, etc.). Esto supone un crecimiento del 81% en suelos artificiales, poco comparado con áreas urbanas como Orihuela o Guadalajara que superan el 200% o de otras 13 que crecen entre el 100 y el 200%.
La pregunta que los geógrafos nos hacemos es ¿crece tanto la población como la urbanización? En Europa sí, en España no, ni mucho menos. En Europa hay una relación directa: la población crece el 8% y los suelos artificiales el 9%; en España el espacio urbanizado crece tres veces más rápido que la población: ésta al 17% versus el 52% del suelo citado. No es muy aventurado afirmar que en estos 20 años hemos urbanizado las necesidades de las siguientes 3 generaciones; descuéntese formación de nuevos hogares, segundas residencias, inversión extranjera en viviendas turísticas, etc. De todos modos hemos urbanizado más del doble de lo que realmente necesitábamos. Esto no es más que una evidencia geográfica de la burbuja inmobiliaria que ha derivado en el contexto financiero actual.
En fin, más datos y más mapas en la presentación que acaba de subirse a la página de EUROGEO
Un nuevo urbanismo de transformación y reciclaje: Proyecto Madrid Centro
Hace unos días el jurado de la octava Bienal Iberoamericana de Urbanismo ha concedido el premio en la categoría de investigación aplicada al Proyecto Madrid Centro, que ha sido dirigido por José María Ezquiaga, junto a Juan Herreros y Salvador Pérez Arroyo y coordinado por Javier Barros, contando con la participación de diferentes expertos. Este trabajo «ha constituido la oportunidad de ensayar un nuevo enfoque en el urbanismo capaz de afrontar los desafíos derivados de globalización, cambio climático y transformación social a partir de la transformación y reciclaje de la ciudad existente».
Parte de las dinámicas y de los problemas urbanos contemporáneos para establecer una serie de objetivos estratégicos
UNA NUEVA CULTURA CIUDADANA
UNA NUEVA IDENTIDAD
UNA MAYOR COHESIÓN SOCIAL
UN NUEVO URBANISMO
EL CENTRO COMO ACTIVO ECONÓMICO
Tras establecer unos criterios para la gobernanza del proyecto, como valores para una nueva cultura urbana, este plan supera los aspectos físicos o sectoriales para ir definiendo una visión de plan total a través de seis grandes ejes estratégicos, entre los que destacan la nueva ordenación urbana basada en la célula urbana como elemento de articulación del espacio público; la movilidad, la naturalización de la ciudad, los espacios para la creatividad y la innovación o las bases para una nueva epistemología del reciclaje urbano son otras de las grandes estrategias que se concretan en el proyecto Madrid Centro.
El documento trasciende un laboratorio de urbanismo de Madrid en el que proponer modos de reinventar la ciudad y cambiar su metabolismo, adaptándolo a las nuestras estructuras físicas, económicas, sociales y culturales de este inicio de siglo. Va más a allá de la mera investigación y detalla todo un artefacto propositivo (desde áreas de identidad homogénea, malla de célula urbana, sistemas, ejes, áreas de reciclaje, áreas de intervención concreta, planes y programas socioeconómicos) que demuestran la lógica multiescalar del urbanismo contemporáneo: la ciudad necesita de instrumentos de intervención simultáneos a escala micro, pero también a escala de la ciudad región. Desde la flexibilidad del plan y desde su enfoque transversal, este ejercicio de pensar la ciudad demuestra que la forma habitual de hacerlo, el plan general, está cada vez más cerca de ser reemplazado por planes que, como este, desvelan que el verdadero significado de la ciudad no es otro que el de la complejidad.
FIRST EUROPEAN CONFERENCE IN TEACHING GEOGRAPHY. A conference in collaboration with the digital-earth.eu network
Innovation in learning Geography before the social and territorial challenges: teaching resources and GeoMedia
L’AMÉNAGEMENT MÉTROPOLITAIN DANS LA PLANIFICATION URBAINE ET TERRITORIALE EN ESPAGNE : 1940-2000
La croissance des grandes villes en Espagne dans la deuxième moitié du présent siècle a été la raison principale de la consolidation d’une pratique d’aménagement métropolitain, soit à travers de la planification urbaine ou de la planification territoriale.
Depuis 1940 jusqu’à l’année 2000 les différentes administrations ont rédigé trente-six documents de planification métropolitaine pour les six plus grandes villes espagnoles qui montrent, dans chaque moment historique, les principaux enjeux d’aménagement métropolitain.
Toutefois, la thèse centre la recherche dans les bases théoriques de la planification métropolitaine, puis elle étudie sa justification d’après le succès et la cohérence des politiques urbaines pour aboutir finalement à l’analyse des plans métropolitains à Madrid, Barcelone, Valence, Séville, Bilbao et Saragosse dans une triple approche: le modèle d’aménagement retenu, l’instrumentation des objectifs et finalement, l’approche épistémologique qui soutient la méthode et l’expression des savoirs des aménageurs dans le devenir historiographique de l’urbanisme espagnol et européen.
METROPOLITAN PLANNING IN SPAIN: 1940-2000
Mi tesis doctoral publicada recientemente por el ANRT
http://www.diffusiontheses.fr/31126-these-de-miguel-gonzalez-rafael.html
I Congreso Europeo de Didáctica de la Geografia, incluida la urbana
Tras unas semanas de inactividad, recupero este espacio digital para anunciar que en noviembre celebraremos en Zaragoza el I Congreso Europeo de Didáctica de la Geografía en donde reflexionaremos sobre cómo mejorar la enseñanza del espacio urbano y del espacio geográfico
en el siguiente enlace se puede descargar la primera circular del mismo
La ciudad del futuro será inteligente o no será
¿Qué sucedería si perdiéramos el smartphone sin el correspondiente backup miles de ciudadanos a la vez? Seguramente cambiaría el ritmo de la ciudad debido a que nuestros datos, correos, mensajes, etc. nos dejarían sin muchas funciones urbanas cotidianas en cuestiones personales, profesionales, laborales, sociales, etc.
Así ha planteado Anthony Townsed un ejemplo de cómo la ciudad de hoy es ya la ciudad del futuro porque las nuevas tecnologías nos han cambiado los modos de estar en la ciudad. Esta tarde ha pasado por Zaragoza a repetir en líneas generales su conferencia de ayer en el Smart City Expo World Congress organizado por la Feria de Barcelona en donde también han intervenido Carlo Ratti, Vicente Guallart, etc., entre otros
Su ponencia A Planet of Civic Laboratories: Bottom-Up Innovation for the Smart City se encuentra en cierta medida recogida en el centro en que trabaja, el Institute For The Future
en resumen ha planteado que durante la próxima década, las ciudades continuarán creciendo a un ritmo rápido. Al mismo tiempo, las nuevas tecnologías desbloquearán flujos masivos de datos sobre las ciudades y sus habitantes. De esta manera cada ciudad se convertirá en un único laboratorio, un lugar donde la tecnología es una adaptación de nuevas formas de satisfacer las necesidades locales. En los próximos diez años se reforzarán las interacciones entre la urbanización y la digitalización. Así pues se plantean apasionantes retos de inclusión urbana a través de cinco elementos: broadband connectivity, smart personal devices, open data infrastructures, public interfaces, and cloud computing. Pero también surgen amenazas o incertidumbres sobre la evolución de esa futura ciudad digital:
battle for The smarT ciTy | market growth vs. inclusive planning
more daTa, more models | visible vs. actionable
ProliferaTing digiTal diVides | access vs. agency
daTa conTrol | safeguards vs. public good
ParTiciPaTory PUBlic serVices | cooperation vs. offloading
Pro-Poor ciTies | economic gap vs. knowledge gap
otro ejemplo señalado en la conferencia ha sido el proyecto de pulso urbano, a partir de la georeferenciación de la felicidad
que guarda una increíble similitud con el proyecto de la geoposición e interacción de la indignación urbana
en todo caso, el tema de la ciudad inteligente no deja des estar en permanente actualidad; en el anterior post nos referíamos al evento del euskla hiria y ahora, además del citado, es interesante repasar las conclusiones del foro sobre el futuro de las ciudades realizado en el MIT y cómo las innovaciones del presente están cambiando la vie urbaine (N. del A.en homenaje a la revista del EHAU, luego el IUP)
Sin voluntad de agotar el tema, el futuro de las ciudades está cada vez más asegurado para el economista Edward Glaeser, autor de «El triunfo de la ciudad. Cómo nuestra mayor invención nos hace más ricos, inteligentes, ambientales saludables y felices» quien en parte comparte tesis de la vitalidad urbana de joel kotkin, que también expusimos al inicio de este blog en el tema de las ciudades en vanguardia y vitales
No obstante la geografía urbana expresada en el último artículo de kotkin (¿Esta el periurbano condenado? No tan rápido) difiere de los postulados de Glaeser sobre la importancia de la nueva suburbanización post-metropolitana, fenómeno que en España ya hemos analizado en el reciente libro sobre la baja densidad
Por eso, cierro estas líneas sugiriendo la vinculación entre ciudad digital y densidad urbana y mostrando una foto del evento referido
De nuevo el territorio
De vueltas de la presentación del libro sobre la gestión de la baja densidad querría hacer una cuádruple referencia sobre cuatro elementos de reflexión territorial que me parecen imprescindibles en la consideración científica de la ordenación del territorio:
– El primero de ellos es el número 47 de la revista Cuadernos Geográficos de la Universidad de Granada (2010-2) que trató con carácter monográfico «La Ordenación del territorio en España» en donde se trata en una veintena de artículos la experiencia sobre la ordenación del territorio en las diversas Comunidades Autónomas, sus normas, planes, proyectos, etc. Al final de sus 700 páginas se incluye un apartado de reseñas bibliográficas que se refieren a una serie de trabajos de igual importacncia: BIELZA DE ORY, V. (2008): Introducción a la Ordenación del Territorio. Un enfoque geográfico. Prensas Universitarias de Zaragoza; BIELZA DE ORY, V., ESCOLANO, S., GORRíA, A. y IBARRA, P. (2010): DE lA ORDENACIóN A lA plANIFICACIóN TERRITORIAl EN El ÁMBITO REGIONAl-COMARCAl, Prensas Universitarias de Zaragoza, Colección Textos docentes, Universidad de Zaragoza. Zaragoza. Y un tercer elemento de temática muy querida: Fermín Rodríguez Gutiérrez (Editor). Áreas metropolitanas de España. La nueva forma de la ciudad. Ediciones de la Universidad de Oviedo, 2009.
– En segundo lugar, el año pasado también se publicó otro monográfico sobre la cuestión: Territorio. Ordenar para competir, dirigido por Román Rodríguez en donde se habla de una visión de la ordenación de los territorios inteligentes, de la competitividad entre territorios, del territorio en la crisis, de la relación entre teoría y práctica de la ordenación territorial, del paisaje, de los usos del suelo, etc.
– En tercer lugar, la aprobación el pasado 19 de mayo de la Agenda Territorial Europea 2020, cuyo texto traducido se descarga de la página del equipo de desarrollo territorial y al que me remito
– En cuarto lugar, al décima edición del congreso euskalhiria que vueleve a traer a territorio peninsular a Gary Hack, que fue
profesor del MIT, luego decano de la Escuela de Pensilvania y socio de Carr, Lynch & Hack, con el que coincidimos en los cursos del Escorial hace más de una década. El programa del evento figura en
http://www.ingurumena.ejgv.euskadi.net/r49-565/es/contenidos/evento/euskalhiria2011/es_euskhiri/adjuntos/programa.pdf
Urban density (y 2)
Acuso recibo del libro «Estrategies vers la ciutat de baixa densitat: de la contenció a la gestió» coordinado por el colega geógrafo de la Universidad Autónoma de Barcelona, Francesc Muñoz, que constituye la continuación del volúmen «La ciudad de baja densidad, lógicas, gestión y contención»(2007), en el que llegó a participar incluso Nikos Salingaros.
En esta ocasión el libro comienza con una introducción del coordinador «De la ciutat compacta a la urbanització dispersa: les polítiques urbanes al territori» y consta de tres partes principales, y concluye con unas conclusiones del propio Muñoz:
A.- Estratègies de gestió per a la ciutat de baixa densitat.
1. Quatre estratègies d’intervenció urbana a la ciutat de baixa densitat: densificació selectiva, reformulació tipològica, centralitat suburbana i estratègia integral.
2. Reptes i oportunitats de la densificació dels teixits urbans de baixa densitat.
3. La tipologia edificatòria com element de complexitat urbana també a la ciutat de baixa densitat.
4. El disseny d’espais de centralitat com a estratègia de complexitat.
5. La gestió integral de la baixa densitat des de les polítiques urbanes.
6. Estratègies de gestió de la baixa densitat: una avaluació a partir d’experiències en curs.
B.- Instruments per la gestió de la ciutat de baixa densitat
Aspectes normatius
1. Apunts metodologics per a l’estudi de la baixa densitat.
2. La baixa densitat des del planejament territorial. El Pla Territorial Metropolità de Barcelona.
3. Les urbanitzacions amb deficits urbnistics: de la utopia a la gestio.
4. La ordenacio urbanistica de la ciutat de baixa densitat.
5. Cap a una gestió integrada de les polítiques sectorials al territori de baixa densitat.
Polítiques sectorials
6. El balanç fiscal municipal de la baixa densitat.
7. Estratègies de gestió de la mobilitat a la ciutat de baixa densitat.
8. L’activitat economica a la ciutat en baixa densitat.
9. La necessitat de nous models d’espai públic a la ciutat de baixa densitat.
10. La prevenció i l’actuació contra els incendis en el context de la baixa densitat residencial.
11. La participació ciutadana: cap a noves estratègies participatives a la ciutat de baixa densitat.
C.- Experiencias de gestió
1- La gestión de la baja densidad en España desde el planeamiento territorial
2. La diversitat d’escenaris en la gestió de la ciutat de baixa densitat –experiències internacionals–.
3. Respostes a l’expansio de la baixa densitat.
4. Entre la città bella i la città buona. El govern del territori de baixa densitat.
Como continuación del anterior este libro está igualmente publicado por la Diputación de Barcelona, y figura con el número 9 de la Colección Estudis y la Serie Territori
El primero de los capítulos del bloque tercero lo escribimos José María Ezquiaga y yo y en él tratamos cuestiones relacionadas con el tratamiento de la baja densidad en los planes territoriales formulados, con especial incidencia en el Plan Territorial Insular de Menorca, además de una reflexión sobre la densidad cuyo texto reproduzco
La medida de la densidad, estándar territorial.
La medida de la densidad ha sido un referente de los “clásicos” planes territoriales de las capitales europeas. Así, el Plan del Gran Londres de 1944 de Abercrombie establecía como densidad baja 62 viviendas por hectárea, como densidad media 84 y como densidad alta 124, y además configuró el cinturón verde o green belt como un elemento de ordenación territorial y de urban containment. Las villes nouvelles del Plan Director de la Región de París de 1965 han obtenido como resultado unas densidades entre 40 y 50 viviendas por hectárea.
Por su parte, la densidad ha sido igualmente un elemento importante en la disciplina de la urbanística, en la medida de la superficie construida por unidad de superficie de suelo (edificabilidad) y en la limitación del número de viviendas por unidad de superficie, habitualmente por hectáreas brutas. Por este motivo, la legislación española, desde la Ley del Suelo de 1976, estableció un límite convencional para la densidad máxima de viviendas: la referencia canónica de 75 viviendas por hectárea que, con diversos matices, ha continuado constituyendo el referente para la mayoría de las legislaciones urbanísticas autonómicas, debido a la consolidación de una cultura profesional que desde la transición operaba por reacción al modelo de la ciudad congestiva, al deterioro de la aplicación de la Ley del suelo de 1956 y a la imposibilidad de ejecutar un planeamiento ordenado, siguiendo los epítetos que se describen de la actividad urbanística de ese periodo en el conocido libro de Fernando de Terán, “Planeamiento urbano en la España Contemporánea”.
La densidad urbana media en sí misma no es un indicador de calidad urbana ni un medio para determinar la forma urbana por entero, como quedó expresado en el esquema del informe del Urban Task Force, “Towards an urban renaissance” (1999) en donde esas 75 viviendas por hectárea pueden materializarse en tres formas urbanas y tipologías edificatorias diferentes. O en el gráfico recogido en el estudio de la ciudad francesa de Meylan. Además ese estándar ha dado lugar a una “periferia inhóspita, monótona, carente de actividad”, derrochando suelo debido a “arbitrarios criterios de cesiones” para equipamientos cuyos niveles han acabado funcionando como una “frontera inalcanzable” de tal manera que, un modelo de vacíos urbanos generados por los planes parciales en los que sólo un 30% de la superficie acaba siendo destinada a parcelas residenciales, ha sido rápidamente sustituido por otro modelo caracterizado por densidades inferiores a 35 viviendas. Y que además se identifica a unos patrones de bienestar y calidad de vida .
Lo que no resulta tan evidente es que en esa inversión tan rápida que se ha producido en España, desde las densidades congestivas señaladas por Terán hasta la popularización de la ciudad de baja densidad analizada en la citada obra coordinada por el profesor Indovina, la medida de la densidad con carácter absoluto garantice un desarrollo urbano sostenible. Además, los modelos más avanzados de planificación territorial suelen asociar densidad y accesibilidad, de tal modo que se asegure un crecimiento compacto en torno a los puntos más accesibles del territorio.
Si bien los incrementos de densidad residencial de 10 a 20 viviendas por hectárea (en el rango inferior a 30 viv./Ha.) reducen las necesidades de consumo de suelo al 50%, conforme la densidad aumenta el beneficio marginal en ahorro de suelo tiende a disminuir. Ese mismo incremento de 10 viviendas por hectárea (en el rango entre 50 y 60 viv./Ha.) supone sólo un ahorro del 17’5% y por encima de 75 viv./Ha., la densificación en esas mismas proporciones produce resultados de ahorro inferiores al 5% , con lo que se cumplirían las hipótesis de Raymond Unwin en su ensayo de hace un siglo “Nothing gained by overcrowding” (1912)
Otro estudio reciente sobre diferentes morfologías urbanas en una misma ciudad francesa no sólo confirma estas cifras sino que además las verifica a efectos de costes de urbanización, y consecuentemente de mantenimiento de las redes de servicios urbanos, con las lógicas implicaciones para la sostenibilidad:
Viviendas por hectárea 3 6 8 18 60 100 150
Consumo de suelo por vivienda (m2) 3.300 1.600 1.250 550 166 100 67
Habitantes por hectárea 7 14 19 41 138 230 345
1000 habitantes se extenderían en (Ha.) 142 71 52 24 7’2 4’3 2’9
Coste de urbanización (euros) 66.660 33.330 25.000 22.000 6.660 4.000 4.000
Estos datos ponen de manifiesto que a los efectos de la cohesión social y de la sostenibilidad ambiental y territorial, los problemas y los retos de intervención hay que buscarlos no tanto en la ciudad compacta como en la de la baja densidad. Los antecedentes de gestión de la ciudad de baja densidad en el planeamiento territorial se remontan a los planes regionales redactados desde los postulados del new urbanism entre los años 1989 y 1992: el Plan Regional de Portland, el Plan del Condado de Sacramento, el Plan del Área Urbana de San Diego, así como el Plan de la Región de Salt Lake City (1997) .
En Francia, el Plan Director de Lyon de 1992 incluyó directrices de protección del paisaje periurbano y el Plan Director de París de 1994 estableció reglas de urbanización en los “espacios urbanizables y “parcialmente urbanizables” para mitigar el consumo de suelo . Los Planes Directores de Lille (1997), Tolosa (1998), Grenoble (2000) o Ruán (2001) experimentaron igualmente medidas de control de la ciudad de baja densidad y precedieron a la citada Ley de Solidaridad y Renovación Urbana que ha creado los planes de coherencia territorial, entre cuyas determinaciones se incluyen las zonas preferentes a compactar, y cuyo ejemplo más destacado son los sectores de densificación preferente del plan director de la región de París-Isla de Francia (aprobado provisionalmente en 2008), sin citar varias de las propuestas densificadoras de los diez equipos de arquitectos para el Gran París. Finalmente, en el Reino Unido la directriz gubernamental PPG-3 (Planning Policy Guidance nº 3: Housing) establece que los estándares para los nuevos desarrollos deben evitar el despilfarro de suelo, entiende que densidades netas inferiores a 30 viviendas por hectárea suponen el límite del uso ineficiente de los terrenos y expone que las densidades más adecuadas se sitúan en el rango entre 30 y 50 viviendas por hectárea neta.
En España, la gestión de la baja densidad no ha sido recogida por ninguna de las leyes autonómicas de ordenación del territorio, sino que los diversos planes que analizamos más adelante realizan propuestas de carácter diverso, aunque sin una referencia normativa territorial. Curiosamente junto a los planes territoriales son algunas leyes urbanísticas autonómicas las que establecen estándares de densidad y funcionan a los efectos de leyes territoriales con vinculación sobre los planes municipales, o como complemento de los propios planes territoriales,
En relación con la gestión de la ciudad de la baja densidad, la exposición de motivos de la Ley 2/2006, de Suelo y Urbanismo, de la Comunidad Autónoma Vasca, no puede ser más explícita: “La tendencia a la extensión de la práctica urbanística de crecimiento urbano en desarrollos esponjados y en baja densidad, en una comunidad autónoma que carece de suelo apto para urbanizar en grandes partes de su territorio, nos lleva a la conclusión de que dicho modelo debe ser revisado en profundidad y con carácter urgente, porque el territorio de la Comunidad Autónoma no dispone de capacidad de acogida suficiente para soportar tal urbanización. Por eso se impone en esta ley, con carácter novedoso, una utilización racional e intensiva del suelo, a través del señalamiento con carácter general de una edificabilidad mínima y de una ocupación mínima de la edificación respecto a la superficie total de los respectivos ámbitos de ordenación. Se trata de evitar en la mayor medida posible la extensión de la «cultura de la vivienda unifamiliar y del adosado» y los crecimientos dispersos, que, además de consumir gran cantidad de territorio, recurso siempre escaso y de carácter no renovable, generan modelos urbanos poco funcionales y, por lo tanto, poco sostenibles”.
Así, de modo genérico y salvo excepciones contempladas en la propia Ley, el artículo 77 en su apartado cuarto establece “en cada área de suelo urbano no consolidado, y en cada uno de los sectores de suelo urbanizable con uso predominante residencial, la edificabilidad física mínima sobre rasante destinada a usos distintos de los de las dotaciones públicas no podrá ser inferior con carácter general a la que resulte de la aplicación del índice de 0,4 metros cuadrados de techo por metro cuadrado de suelo a la superficie del área o del sector, sin computar al efecto el suelo destinado a sistemas generales”, lo que resulta una cifra en torno a 40 viviendas por hectárea, variable en función de los metros cuadrados por vivienda y de los sistemas generales del ámbito.
En Cataluña, el artículo 157 del reciente Texto Refundido de la Ley de Urbanismo, aprobado por Decreto Legislativo 1/2010, establece una densidad media mínima de 50 viviendas por hectárea de los sectores declarados como áreas residenciales estratégicas, en suelo urbanizable o en suelo urbano no consolidado. Por otra parte, existe una ley específica para gestionar, regularizar y mejorar las condiciones de urbanización de los ámbitos de baja densidad a través de la Ley 3/2009, de regularización y mejora de urbanizaciones con déficits urbanísticos, de la que se habla en otra parte del presente volumen.
Finalmente, en Castilla y León el artículo 86 del Decreto 22/2004, de aprobación del Reglamento de Urbanismo, estableció como “garantía de sostenibilidad” unas densidades mínimas que los planes generales debían de fijar como parámetros de ordenación general en los suelos urbanos no consolidados y en los suelos urbanizables, fijadas en el umbral de 40 viviendas por hectárea en municipios de población igual o superior a 20.000 habitantes, mientras que para el resto de municipios la densidad mínima se rebajaba a 20 viviendas por hectárea.
Tras las modificaciones del reglamento debidas a la rigidez de estos estándares, la nueva Ley 4/2008, de Medidas sobre Urbanismo y Suelo, por la que se revisa ampliamente la Ley 5/1999, de Urbanismo de Castilla y León, ha dado una nueva redacción al artículo 36.1.c). Las densidades mínimas vigentes en la actualidad son: en núcleos de población con más de 20.000 habitantes, 30 viviendas por hectárea; en otros núcleos de población incluidos en municipios con Plan General de Ordenación Urbana, 20 viviendas por hectárea; en los demás núcleos de población, 10 viviendas por hectárea, aunque en suelo urbano no consolidado “se podrán establecer densidades que no cumplan estos límites, cuando se trate de actuaciones de reforma interior con las finalidades que reglamentariamente se determinen, así como donde se justifique la conveniencia de respetar los parámetros de la edificación tradicional, en especial en el interior o en el entorno de los Conjuntos Históricos y en las zonas donde se constate la existencia histórica de poblamiento disperso”.
Lógicamente, las últimas cifras se ajustan al tradicional sistema de asentamientos del medio rural castellano-leonés, que hunde principalmente sus raíces en las modalidades de repoblamiento concejil de la cuenca del Duero durante la época de la Reconquista, y que escasamente guardan relación con el modelo de producción residencial de baja densidad que aquí se trata. No obstante, la primera cifra vigente, de 30 viviendas por hectárea sí que pretende evitar los procesos analizados, especialmente en los ámbitos periurbanos de las capitales castellano-leonesas, y no deja de ser un nivel mínimo que viene a coincidir plenamente con el señalado por la citada Guía Británica de Planeamiento (PPG-3), y que junto a las 40 por hectárea del régimen jurídico vasco, pueden servir de pauta para establecer una referencia, tanto administrativa como académica, por debajo de la cual debería, a priori, desestimarse la producción residencial de baja densidad por los elevados costes económicos, sociales y ambientales. Umbral, que además viene a ser inferior a las 45 viviendas por hectárea que propuso Ebenezer Howard en su modelo de Ciudad Jardín.
State of the world’s cities: 2010/2011. Bridging the urban divide
Tras un largo parón estival retomo la actividad en este espacio digital realizando una reseña sobre el recientemente publicado e interesantísimo informe del programa habitat de las Naciones Unidas sobre el estado de las ciudades mundiales (edición 2010/2011) dedicado a la reducción de la brecha urbana, y que ayer volvió a ser difundido, con ocasión del Día Mundial del Hábitat (3 de octubre)
La introdución es evidente:
«Cities are constantly changing. They are built, rebuilt, transformed, occupied by different groups, and used for different functions. In the search for better spatial organization for higher returns, more efficient economies of scale and other agglomeration benefits, cities generate various degrees of residential differentiation. In most urban areas of the developed world, the segmentation of spaces for different uses is relatively visible, although social heterogeneity and mixed uses remain widespread. In contrast, in many cities of the developing world, the separation of uses and degrees of prosperity are so obvious that the rich live in well-serviced neighbourhoods, gated communities and well-built formal settlements, whereas the poor are confined to inner-city or peri-urban informal settlements and slums.»
División física, división socioeconómica (cultural,sanitaria, educativa…), división urbana que viene avalada por una serie de datos interesantes
_ 1950: 30% de población urbana
– 2010: 50% de población urbana
– 20150: prácticamente el 100% del crecimiento demográfico mundial se producirá en zonas urbanas
Crecimiento anual medio en torno al 5% (entre 1990 y 2006) de ciudades africanas, asiáticas e iberoamericanas, lo que ha supuesto que en muchos casos la ciudad se haya duplicado en este periodo
Entre 2000 y 2010, 227 millones de personas han dejado de vivir en barrios marginales, tugurios, slums, bidonvilles o coreas (en la terminología de Busquets)
Aunque en términos relativos el porcentaje ha decrecido, en términos absolutos la población que habita en condiciones infraurbanas crece
Datos en países en vías de desarrollo
1990: 656 millones de personas
2010: 827 millones
1990: 46 % de la población urbana total
2010: 32 % (61 % en áfrica subsahariana, 23% en iberoamérica y caribe)
en definitiva, la división más importante es la que se produce sobre las oportunidades de inclusión y sobre la que el informe detalla cinco grandes estrategias, en consonancia con los objetivos del milenio
1.assessing the past and measuring progress;
2.establishing new, more effective institutions, or strengthen-
ing existing ones as needed;
3.building new linkages and alliances across tiers of govern-
ment;
4.developing a sustained, comprehensive vision to promote
inclusiveness;
5.ensuring an equitable redistribution of opportunities.
Por lo demás un cuerpo estadístico ingente y detallado y escasa cartografía urbana, aunque entre ella aparezca una que destaque por las categorías de espacios urbanos señalados (ciudades-región, corredores urbanos, megarregiones) y que damos por reproducida
La práctica del urbanismo renueva la práctica del planeamiento urbanístico
Acaba de salir publicado el libro de la editorial síntesis «La práctica del urbanismo». En estos tiempos de polisemia del término disciplinar resulta interesante ver cómo ha cambiado el título del trabajo que Luis Moya ha coordinado, en un ensayo de revisión del libro publicado por la misma editorial quince años antes titulado «La práctica del planeamiento urbanístico».
En el prólogo Fernando de Terán no puede ser más explícito en la evolución de la propia práctica urbanística que justifica una actualizada reflexión y una nueva estructura de la teoría urbanística: «el libro revela muy bien, a través de los bien elegidos textos que lo componen, dos caras complementarias de la situación actual de esa práctica: por una parte, muestra las dificultades que proceden de la evolución de la realidad urbana y territorial de este país, en paralelo con la evolución social, económica y política, y por otra, pone de manifiesto el valor de la experiencia que ha sido realizada y que está en realización, en desarrollo de esa práctica, buscando unos instrumentos corregidos y depurados de ingenuidades y pretensiones indebidas, tratando de dar respuesta a aquella evolución.»
En el primero de los casos se refiere a la generalizada proliferación de la ciudad difusa y a la evidente multiplicación de la extensión de la superficie artificial, hoy en día tan claramente demostrable con los instrumentos del tipo Corine, confrontada a los discursos de la ciudad sostenible en un territorio equilibrado. Y en el segundo de los factores, se centra en la propia reflexión metodológica del planeamiento (incertidumbre, poco predictiva, proyectual, estutuctural/flexible, multidisciplinar, etc.) En todo caso se recupera lo escrito años atrás en los editoriales de urban: «por ahora no es útil pensar en instrumentos revolucionarios, muy diferentes de los tradicionales y conocidos. Por eso puede decirse que se ha venido produciendo una recuperación de lo que había sido la naturaleza conceptual del plan, como estrategia organizadora de conjunto, urbana y territorial, que aspira a definir, como primer objetivo, una estructura estable, pero incorporándole, inventándolas, formas nuevas de asumir dosis compatibles de variabilidad en el desarrollo«.
El anterior ejemplar presentaba una estructura clásica del planeamiento en cascada: tras una introducción histórica del urbanismo español y otra de carácter jurídico referida a los instrumentos iniciales (Ley de 1975 y Texto Refundido de 1992), el libro se centraba en la jerarquía del planeamiento: general o municipal, parcial (pau’s, planes parciales y proyectos de urbanización) y especial (peri’s y estudios de detalle) junto con un apéndice sobre las nuevas herramientas informáticas para el diseño urbano.
En este caso, ese esquema se respeta casi con los mismos autores (ezquiaga y luis moya, sólo cambia lópez de lucio por enrique bardají), pero se antecede todo ello con un apartado de carácter imprescindible para deshacer ese divorcio entre urban and regional planning o entre urbanismo y ordenación del territorio, tantas veces expuesto en este blog: el proyecto territorial o el planeamiento territorial (cuyo mayor desarrollo se encuentra en el otro libro de la misma editoral ya comentado aquí «Teoría y práctica para una ordenación racional del territorio«.
No obstante, el nuevo libro comienza con una serie de capítulos «temáticos» que ilustran cuestiones de la práctica urbanística, «imprescindibles actualmente«, en palabras del coordinador. El primero de Antonio Font, de carácter conceptual se titula como el libro anterior «LA PRÁCTICA DEL PLANEAMIENTO URBANÍSTICO» reflexiona sobre los contenidos propios y específicos del planeamiento urbanístico ante una «nueva territorialidad». Y es seguido por otros referidos a la dimensión ambiental del planeamiento, a la metodología del proyecto del paisaje cultural, a la planificación de la vivienda (tema central del urbanismo desde sus orígenes) o las nuevas tecnologías. El capítulo que sirve de transición entre los dos bloques del libro aborda la normativa urbanística y en esta ocasión Celestino Candela amplía su redacción del libro anterior analizando el conjunto de sentencias y leyes que se han producido en estos quince años y sugiriendo los nuevos requerimientos jurídicos en urbanismo: sostenibilidad, medio ambiente, eficiencia energética, prevención de riesgos, paisajes, ordenamientos sectoriales.
Numerosas reflexiones y textos rigurosos que vuelven a defender la legitimidad, vigencia y necesidad social de la disciplina, y que tienen una redacción más madura, experta, sosegada y panorámica de lo que ha sido la práctica del urbanismo español reciente. Y que vienen a coincidir en parte con las diversas visiones del tema que se recogieron en el número 43 de la revista Papers del IERMB.
Concluyo este texto con las reflexiones del propio coordinador del libro reseñado en su Introducción que argumenta su publicación para «combatir los tres males espaciales que aquejan al urbanismo: disolución, fragmentación y privatización, para construir ciudades compactas, complejas y diversas» desde postulados de «racionalización de los procesos urbanos».